Author/Uploaded by Jake Maddox; Jake Maddox
CAPÍTULO 1 EL GOLPE Harris Weathers cerró los ojos mientras escuchaba a Sy Berner decir los números de las jugadas. Harris era el corredor estrella de los Tigers y el alumno de sexto grado más rápido de la escuela media Bader Ginsburg. Sy era su mariscal de campo. Harris visualizó los pasos q...
CAPÍTULO 1 EL GOLPE Harris Weathers cerró los ojos mientras escuchaba a Sy Berner decir los números de las jugadas. Harris era el corredor estrella de los Tigers y el alumno de sexto grado más rápido de la escuela media Bader Ginsburg. Sy era su mariscal de campo. Harris visualizó los pasos que daría y las yardas que ganaría. Abrió los ojos, sacudió la cabeza y sonrió. Harris retrocedió antes del saque y corrió detrás de Sy. El centro sacó el balón. Sy lo tomó y se giró hacia su derecha. Deslizó el balón contra la camiseta de Harris. Con astucia, Harris tomó el balón en sus brazos y cortó hacia la izquierda. Sy dio un paso atrás como si fuera a hacer un pase. La línea defensiva se abalanzó sobre él mientras Harris se alejaba por la banda. Harris era rápido, y la defensa de los Wasps de Washington no sabía que tenía el balón. Harris cruzó la línea de treinta yardas. La zona de anotación estaba a la vista. Un touchdown significaría una victoria para los Tigers en su primer partido de la temporada. Un defensor salió a perseguir a Harris cuando este cruzó las veinticinco yardas. Era un jugador rápido. Harris oyó a sus compañeros de equipo, a sus amigos y a su familia que lo animaban. —¡Vamos, Harris! —gritaban a viva voz—. ¡Bravo, Weathers! Sin embargo, por encima de las ovaciones, podía oír los pasos rápidos del jugador de los Wasps detrás de él. Harris estaba a solo quince metros del touchdown ganador del partido. Puso toda la velocidad que le quedaba. Justo cuando Harris entró en la zona de anotación, el jugador lo alcanzó. El defensor lo golpeó por detrás y lo tiró al suelo. La cabeza de Harris se estrelló contra el césped. Todo el aire se le escapó del pecho y quedó atrapado en su garganta. Sonó el silbato. Harris rodó sobre la espalda y vio al árbitro de pie, cerca de él, con las manos levantadas: ¡Touchdown! Pero el árbitro se veía borroso y Harris tenía dificultades para recuperar el aliento. Detrás de él, Harris pudo distinguir a su mamá y su papá, al entrenador Andersen y a Sy Berner corriendo hacia él. Harris intentó ponerse de pie para celebrarlo con ellos, pero tropezó y se cayó. Se dio cuenta de que sus amigos y familiares no sonreían como debían. Parecían preocupados. Mamá parecía aterrorizada. «Uy, no», pensó Harris. «Me hice daño». CAPÍTULO 2 CONMOCIONADO Una luz brillante iluminó el ojo derecho de Harris y luego el izquierdo. —Harris va a estar bien —dijo la Dra. Pollie, la doctora de la escuela. Se arrodilló junto a él en la zona de anotación y apagó la linterna—. Parece que no hay conmoción cerebral. —¡Qué buena noticia! —dijo la madre de Harris. —¿Cómo te sientes, Weathers? —preguntó el entrenador Andersen. —Solo un poco conmocionado —dijo Harris. —Te quedaste sin aliento —dijo la Dra. Pollie—. Te diste un buen golpe en la cabeza, incluso con el casco. —¿Puedo terminar el partido? —preguntó Harris. El entrenador Andersen negó con la cabeza. CAPÍTULO 3 CINCUENTA POR CIENTO Cuando sonó el timbre de salida, Harris se preparó para el entrenamiento. Después de correr unas vueltas, el entrenador Andersen llamó a los niños. —Tigers, jugaron muy bien el viernes —dijo—. Equipo O, prepárense para los ejercicios. Equipo D, síganme para el entrenamiento con pesas. La “O” significaba jugadores ofensivos, y la “D” significaba jugadores defensivos. Como corredor titular, Harris era un jugador ofensivo. Corrió hacia Sy y el resto del equipo O. Sy le dio unos golpecitos suaves en el casco. —¿Cómo está la cabeza hoy? —preguntó. —Bien —dijo Harris Estaba bien. No le dolía nada. Pero cuando Sy