Escuela de escritura Cover Image


Escuela de escritura

Author/Uploaded by Mercedes Abad


 
 
 
 Índice
 
 Portada
 
 
 Sinopsis
 
 
 Portadilla
 
 
 Dedicatoria
 
 
 No estoy en la cárcel...
 
 
 Agradecimientos
 
 
 Créditos
 
 
 
 Sinopsis
 
 
 ¿Hasta dónde serías capaz de llegar con tal de sorprender al mundo con una obra maestra? ¿Qué llegarías a hacer para...

Views 7333
Downloads 3843
File size 926.1 KB

Content Preview


 
 
 
 Índice
 
 Portada
 
 
 Sinopsis
 
 
 Portadilla
 
 
 Dedicatoria
 
 
 No estoy en la cárcel...
 
 
 Agradecimientos
 
 
 Créditos
 
 
 
 Sinopsis
 
 
 ¿Hasta dónde serías capaz de llegar con tal de sorprender al mundo con una obra maestra? ¿Qué llegarías a hacer para que reconozcan tu talento genial? ¿Dónde acaba la pasión por la literatura y dónde empiezan la loca ambición y la simple vanidad? De todo esto habla esta trepidante y suculenta historia, que arranca en un cementerio y reconstruye la experiencia en un taller de escritura. En ella nadie es quien parece ser, ni siquiera quien la relata. Porque por muy perspicaces que creamos ser, muchas veces nuestras interpretaciones del mundo y de las curiosas criaturas que lo pueblan no dejan de ser ficciones que la burlona realidad se aplica en desmentir para ponernos en nuestro sitio. 
 Escuela de escritura es una brillantísima reflexión sobre nuestra necesidad de crear, sobre las complejas relaciones del escritor con su obra y los espejismos del arte y el talento individual.
 
 
 Escuela de escritura
 
 Mercedes Abad
 
 
 
 
 
 
 
 
 Para Álvaro.
 
 A Mari Chelo, in memoriam.
 
 
 
 No estoy en la cárcel, sino frente a una hilera de columbarios en un cementerio junto al mar. Qué distinta es esta visita de todas las anteriores. Hoy tengo un propósito diferente, una cita. Pero he llegado mucho antes para regodearme en esa ignorancia mía a punto de caducar. ¿Seguiré acudiendo de ahora en adelante? Los sentimientos que me han traído hasta aquí han perdido mordiente, pero me temo que persistiré en mis peregrinaciones mientras me quede ese resto de decencia que cultivo, consciente de que es una planta raquítica y sedienta donde las hojas secas abundan más que las tiernas. No puedo negar que vuelvo a dormir a pierna suelta y he recuperado el apetito perdido. Mi peso vuelve a ser el de antes. Ya no soy el fantasma atormentado, escuálido y febril que se arrastraba hasta aquí después de pasar la noche en blanco y de merodear frente a la entrada de alguna comisaría coqueteando con la idea de entregarse. Cómo me gustaba ese numerito. Ensayaba con morbosa fruición el borrador mental de lo que le diría a la pasma. En una ocasión se me ocurrió que pasmaría a la pasma y me alejé de la comisaría con un ataque de hilaridad. Bebía mucho en esa época. Siempre me ha gustado beber, pero entonces me superé. Cruzas un límite y los demás caen tras él.
 Empieza a lloviznar mientras deposito un ramo de rosas amarillas al pie de la hilera de modestos columbarios donde reposan sus cenizas. Me duele que no estén en un panteón magnífico. Por cosas que me dijo, pensé que su familia tenía más dinero. Quizá lo tienen pero les traen sin cuidado las tumbas. Yo me desprendería gustosamente de una parte de mi dinero, que en cierto modo es suyo, para construirle una última morada menos anodina junto a la que dejar mis ofrendas. Al fin y al cabo diez mil euros que en parte le debo a ella ingresaron en mi cuenta ayer. Pero no me conviene llamar la atención con gestos extravagantes. Ya he superado la fase suicida de querer entrar a confesar en una comisaría: el síndrome Raskólnikov, como lo he bautizado. Es curioso, recuerdo que el primer libro del que hablamos ella y yo fue Crimen y castigo. Nos unía nuestra simpatía por Svidrigáilov, el buen bellaco. Cae una gota de lluvia justo en el centro de la corola de una de las rosas y tiembla unos instantes, con ese cómico temblor de flan, antes de disgregarse. Qué apropiado. Me recuerda a mis remordimientos, tan ardientes al principio, tan ungidos con la fuerza combativa de la juventud, hasta que poco a poco, día a día, semana a semana, empezaron a disiparse dejando tras de sí ataques cada vez más leves y esporádicos. O, mejor dicho: estaban ahí; nunca se fueron del todo, pero me acostumbré. Pasaron a ser uno de esos sillones viejos y medio desfondados de los que desprenderte te costaría un disgusto y sobre los que te sientas estoicamente, con relativa comodidad, aunque los muelles chirríen y se te claven en el culo. Qué cristiano suena eso, maldición; tener que admitir a estas alturas, después de haber trepado hasta las Altas Cumbres del Escepticismo Ácrata y Nihilista, que el dolor nunca se ve del todo libre de placer. Que son difusos los límites. Y que hay quien se instala en los remordimientos y el dolor como en un crucero de lujo.
 No creo que el premio que cobré ayer vaya a ser el último. Es cierto que se han publicado multitud de novelas notables este año y que compito con ellas. Algunas siguen dando guerra en los expositores, pero otras, y no siempre las peores, ya han desaparecido del mapa pocos meses después de ver la luz y languidecen en almacenes a la espera de la guillotina y de la máquina que las convertirá en pasta de papel. Yo sé mucho de eso. Un día recibes una carta donde el editor de una de tus obras te pide autorización para destruir todos los ejemplares dañados. Lo llamas en llamas —aunque procurando ocultar la ignición bajo una capa de frialdad— para pedirle cuentas por haber dejado que los ejemplares se estropeen y acaba confesándote que no están dañados pero ocupan demasiado espacio en el almacén con costes imposibles de asumir para la editorial. Lo dice como si fueras tan especial que te has ganado una confesión sincera. Le pides que te envíe esos ejemplares y te contesta que te los dejará a precio de coste y que irán a tu cargo los gastos de transporte. Se queda tan campante después de comunicártelo. Seguirá teniendo plácidas digestiones y durmiendo a pierna suelta, sin impertinentes visitas de remordimientos nocturnos. El éxito

More eBooks

When a Moth Loved a Bee Cover Image
When a Moth Loved a Bee

Author: Pepper Winters

Year: 2023

Views: 32817

Read More
Rule Cover Image
Rule

Author: Cassandra Robbins

Year: 2023

Views: 46200

Read More
Conveniently Wed to the Laird Cover Image
Conveniently Wed to the Laird

Author: Jeanine Englert

Year: 2023

Views: 50268

Read More
Most Hated Cover Image
Most Hated

Author: Kara Alloway

Year: 2023

Views: 49667

Read More
We're Gonna Be Okay Cover Image
We're Gonna Be Okay

Author: June Makay

Year: 2023

Views: 1786

Read More
Rebels of Rushmore: The Complete Series Cover Image
Rebels of Rushmore: The Complete Se...

Author: Michelle Hercules

Year: 2023

Views: 22840

Read More
Keeping Me Adrift Cover Image
Keeping Me Adrift

Author: Zoe Wolfe

Year: 2023

Views: 45151

Read More
White Cat, Black Dog : Stories Cover Image
White Cat, Black Dog : Stories

Author: Kelly Link; Shaun Tan

Year: 2023

Views: 3368

Read More
Lucky Girl : A Novel Cover Image
Lucky Girl : A Novel

Author: Irene Muchemi-Ndiritu

Year: 2023

Views: 24106

Read More
Cualquier verano es un final Cover Image
Cualquier verano es un final

Author: Ray Loriga

Year: 2023

Views: 31126

Read More