Author/Uploaded by Sandra Miró
Índice Portada Sinopsis Portadilla Cita Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 Capít...
Índice Portada Sinopsis Portadilla Cita Capítulo 1 Capítulo 2 Capítulo 3 Capítulo 4 Capítulo 5 Capítulo 6 Capítulo 7 Capítulo 8 Capítulo 9 Capítulo 10 Capítulo 11 Capítulo 12 Capítulo 13 Capítulo 14 Capítulo 15 Capítulo 16 Capítulo 17 Capítulo 18 Capítulo 19 Capítulo 20 Capítulo 21 Capítulo 22 Capítulo 23 Capítulo 24 Capítulo 25 Capítulo 26 Capítulo 27 Capítulo 28 Capítulo 29 Capítulo 30 Capítulo 31 Capítulo 32 Capítulo 33 Capítulo 34 Capítulo 35 Capítulo 36 Capítulo 37 Capítulo 38 Capítulo 39 Capítulo 40 Capítulo 41 Capítulo 42 Capítulo 43 Capítulo 44 Epílogo Banda sonora Créditos Gracias por adquirir este eBook Visita Planetadelibros.com y descubre unanueva forma de disfrutar de la lectura ¡Regístrate y accede a contenidos exclusivos! Primeros capítulosFragmentos de próximas publicacionesClubs de lectura con los autoresConcursos, sorteos y promocionesParticipa en presentaciones de libros Comparte tu opinión en la ficha del libroy en nuestras redes sociales: Explora Descubre Comparte Sinopsis Una novela romántica juvenil con la que aprenderás que es mejor arriesgarse y equivocarse que quedarse con las ganas. ¿Te gustaría saber qué rumbo tomó el grupo de amigos que conocimos en Tal y como eres? Unos terminaron la carrera y siguieron estudiando; otros se pusieron a trabajar. Incluso uno de ellos se fue a vivir a Australia una temporada. Clara continúa compartiendo piso con su hermano Kevin, lo que le ha permitido estudiar un máster, seguir dando clases de refuerzo a niños y ahorrar algo de dinero. Ella se niega a reconocerlo, pero en su corazón hay alguien con quien no se atrevió a dar el paso en su momento. Didi terminó el doble grado y decidió ponerse a trabajar para poder pagarse un máster de Educación Inclusiva. Aunque sigue sin creer en el amor (eso no es para ella), le encanta ver a sus amigos enamorados. Hasta que se topa con la persona que le hace volver a sentir ese «algo especial» que había experimentado tiempo atrás. ¿Se dejarán llevar Clara y Didi por sus sentimientos o, por miedo, se quedarán con las ganas? En Ese algo especial descubrirás que siempre es mejor ser valiente y arriesgarse. Ese algo especial Sandra Miró Porque a veces no necesitas sentir mariposas para saber que estás ante la persona acertada. Solo necesitas encontrar ese algo especial que te diga que es ella. Puede ser un gesto, una mirada, una sonrisa... O no..., quién sabe. Si lo averiguas, cuéntamelo. Capítulo 1 Es un martes cualquiera. La hora de mediodía hace rato que ha quedado atrás. Didi, cansada, coge la mochila y se la cuelga en los hombros. Atraviesa el supermercado todo lo rápido que puede y llega hasta las puertas automáticas. No quiere pasar ni un segundo más del necesario ahí dentro. Tiene tantas ganas de irse que la espera hasta que se abren las puertas se le hace eterna. Cuando por fin empiezan a deslizarse, sale y nota directamente el aire gélido en la cara, cosa que agradece muchísimo. Este mes de enero está siendo muy frío. Se abrocha el abrigo con una sonrisa al recordar la cantidad de veces que sus padres le decían cuando era pequeña que se tapara bien para evitar enfriarse y ponerse mala. —Hola. Didi se extraña, no tiene claro si se lo están diciendo a ella. Por la cercanía con que lo ha oído cree que sí. Entonces alza la vista y se sorprende al ver que tiene delante a una chica rubia que sonríe. —Disculpa que te moleste. —Hola, no te preocupes —contesta—. ¿Necesitas algo? —Es que justo te he visto salir del súper y quería preguntarte si trabajas aquí —dice la chica señalando el establecimiento. Didi mira hacia el lugar donde esta indica y rápidamente sus ojos vuelven a ella. —Sí, justo ahí. «Ojalá pudiese decir que no», piensa. —¿Y sabrías decirme si está Martín Crespo? —le pregunta la chica rubia. —¿Martín, el gerente? —dice Didi para asegurarse. La chica asiente sin perder la sonrisa. —Sí, ese hombre siempre está —contesta Didi con tono irónico. —Genial. ¡Muchas gracias! —responde la chica recolocándose el pelo. —Un placer. —¡Igual! Didi se la queda mirando hasta que la ve entrar en el supermercado. «No tiene pinta de ser mayor que yo», piensa. Luego termina de abrocharse el abrigo hasta arriba, mete las manos en los bolsillos y empieza a caminar hacia la parada de autobús, que por suerte le pilla a tan solo unos pocos metros. Cuando llega se apoya en la marquesina y, casi sin darse cuenta, su mente comienza a pensar en el trabajo. El maldito supermercado del que acaba de salir. En cuanto terminó el doble grado de Magisterio y Educación Social, decidió ponerse a trabajar. Le habría encantado encontrar un puesto relacionado con su formación, pero fue misión imposible. Como le hacía falta el dinero, estuvo un tiempo de camarera en un bar y después cubriendo una suplencia en la recepción de un hotel. De vez en cuando también ayudaba a su amiga Jimena en su tienda de ropa vintage, pero muy a su pesar no podía vivir solo de eso. Así que desde hace ya unos cuantos meses