Author/Uploaded by Juan José Millás
I Uno La madre abrió, sin llamar, la puerta de la habitación del hijo y permaneció observándolo unos instantes con expresión de duda. —¿Qué pasa? —preguntó el joven apartando la vista del ordenador. —Carlos… —¿Qué? —insistió él. —Tu padre ha muerto —dijo ella. —… —Se mató con la moto —añadió tras morderse el labio inferior. Ese hombre turbio, pensó el joven. Era cuanto sabía de él, pues se lo ha...
I Uno La madre abrió, sin llamar, la puerta de la habitación del hijo y permaneció observándolo unos instantes con expresión de duda. —¿Qué pasa? —preguntó el joven apartando la vista del ordenador. —Carlos… —¿Qué? —insistió él. —Tu padre ha muerto —dijo ella. —… —Se mató con la moto —añadió tras morderse el labio inferior. Ese hombre turbio, pensó el joven. Era cuanto sabía de él, pues se lo había oído mil veces a su madre: «Es un hombre turbio». A lo que solía añadir: «Se desentendió de ti a los cuatro días de que nos separáramos». Debió de ser muy pronto, pues Carlos no guardaba memoria de su físico. No recordaba haber estado en sus brazos, tampoco que le hubiera cogido de la mano, como los padres de las películas, o también como los padres de la vida real. Había visto a los padres de la vida real de niño, cuando iban a recoger a sus hijos al colegio y cruzaban con ellos la calle, los dos cuerpos, el cuerpo grande y el pequeño, unidos por las manos. Se recordó, de súbito, frente a un urinario de aquel mismo colegio, con la mirada puesta en la pared. Mientras se desabrochaba los pantalones, alguien dijo a sus espaldas: «No tiene padre». Desde entonces, cada vez que utilizaba un urinario público, volvía a escuchar dentro de su cabeza aquella frase. No tiene padre. O, mejor aún, su Dos Días después, tras llevar a cabo los trámites relativos a la declaración de herederos, madre e hijo fueron a la casa del padre para tomar posesión de ella y ver de qué había que desprenderse y de qué no antes de ponerla en alquiler. Llovía mucho y reinaba en la ciudad una negrura como de eclipse moral. Eran las cinco de la tarde. La casa se encontraba en el décimo piso de una torre de quince en la que la mayoría de las ventanas daban a la M-40, una de las carreteras de circunvalación de Madrid. Carlos permaneció un rato hipnotizado por el espectáculo de los coches, que circulaban allá abajo, pegados los unos a los otros, levantando con las ruedas abanicos de agua. Su madre lo sacó del ensimismamiento. —Voy a empezar por el dormitorio —dijo como invitándole a quedarse solo unos instantes, por si quisiera, supuso el joven, establecer con el fallecido la comunicación telepática que ella le había negado al ocultarle su entierro. Cuando la mujer desapareció por el pasillo, Carlos fue de un lado a otro del salón, intentando imaginarse a su padre dentro de aquella estancia en la que, de no ser por los libros que tapizaban las paredes, casi todo resultaba impersonal y escaso. Los muebles, de serie, eran los previsibles. Frente a la televisión había sin embargo una butaca articulada, de piel, que no armonizaba con el
Author: Susan Russell; Alex Fox; Kit Walker; Johnathan Heart; Rajiv Mote; EJ Dawson; Charlotte H. Lee; Liam Hogan; Roger Landes; Antony Paschos
Year: 2023
Views: 9239
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