Los planos del submarino Cover Image


Los planos del submarino

Author/Uploaded by Agatha Christie


 
 
 
 
 
 
 
 
 Capítulo I
 Un mensajero trajo una nota que Poirot leyó en silencio, mientras lo hacía despuntó en sus ojos el brillo del interés y de la emoción. Despidió al mensajero con unas frases breves y giró su mirada hacia mí. 
 —Empaca a toda marcha, amigo. Nos vamos a Sharples. 
 Empecé a preparar la maleta en cuanto Poirot mencionó la fa...

Views 50270
Downloads 1117
File size 836.6 KB

Content Preview


 
 
 
 
 
 
 
 
 Capítulo I
 Un mensajero trajo una nota que Poirot leyó en silencio, mientras lo hacía despuntó en sus ojos el brillo del interés y de la emoción. Despidió al mensajero con unas frases breves y giró su mirada hacia mí. 
 —Empaca a toda marcha, amigo. Nos vamos a Sharples. 
 Empecé a preparar la maleta en cuanto Poirot mencionó la famosa casa de campo de lord Alloway. Lord Alloway, jefe del recién formado Ministerio de Defensa, había sido un miembro destacado del Gabinete. Junto con Ralph Curtis, director de una gran empresa de ingeniería, había pasado por la Cámara de los Comunes, y ahora se hablaba abiertamente de él como candidato a formar parte del Ministerio si resultaban ciertos los rumores sobre el mal estado de salud de David Mac Adam. 
 Abajo nos esperaba un Rolls Royce, y mientras nos deslizamos en la oscuridad abrumé a Poirot con mis preguntas. 
 —Son más de las once —observé—. ¿Para qué nos llaman a esta hora de la noche? 
 Poirot sacudió la cabeza. 
 —Debe ser algo muy urgente, sin duda. 
 —Recuerdo —dije— que hace algunos años hubo un escándalo importante relacionado con Ralph Curtis sobre aquel asunto en el que hizo ciertos malabares con algunas acciones. Al final fue exonerado, ¿habrá vuelto a surgir algo parecido? 
 —Aunque así fuera no nos convocarían a una hora tan intempestiva —respondió mi amigo. 
 Me callé porque tenía razón y el resto del viaje transcurrió en silencio. Una vez fuera de la ciudad, el coche redobló la velocidad y llegamos a Sharples en menos de una hora. Un mayordomo de aspecto solemne nos condujo al estudio donde nos esperaba lord Alloway. El caballero se levantó de un salto para saludarnos, era delgado y parecía lleno de vigor y vitalidad. 
 —Encantado de volver a verlo, monsieur Poirot. Ésta es la segunda vez que el gobierno necesita sus servicios. Recuerdo muy bien lo que hizo por nosotros durante la guerra y cómo logró hábilmente liberar al Primer Ministro de su secuestro. Sus magníficas deducciones y su intervención, permítame que lo diga así, solucionaron las cosas. 
 Poirot parpadeó un instante. 
 —Deduzco, milord, que éste es… ¿otro caso que exige discreción? 
 —Sí, señor. Sir Harry y yo... permítame que los presente: Sir Harry Weardale, Primer Lord del Almirantazgo, Monsieur Poirot; y el capitán... 
 —Hastings —agregué. 
 —He oído hablar de usted con elogio, monsieur Poirot —dijo sir Harry estrechándonos la mano—. Nos encontramos frente a un problema que parece demasiado complejo y si usted acierta a resolverlo quedaremos por siempre extraordinariamente agradecidos. 
 El almirante, algo cuadrado y fanfarrón; un antiguo marino de pura cepa, se ganó mi simpatía de inmediato. Poirot dirigió a ambos una mirada inquisitiva y Alloway prosiguió con las explicaciones necesarias. 
 —Ante todo, monsieur Poirot, debe saber que todo lo que voy a decir es confidencial. Acabamos de sufrir una pérdida muy grave. Nos han robado los planos del nuevo submarino tipo Z. 
 —¿Cuándo? 
 —Esta misma noche, hará unas tres horas. Supongo que se dará cuenta de la magnitud del desastre, es esencial que esto no tome estado público. Mis huéspedes, en este momento, son el almirante, su mujer y su hijo y la señora Conrad, una dama muy conocida de la sociedad. Las señoras se retiraron temprano a descansar... cerca de las diez si mal no recuerdo, lo mismo que Leonard Weardale. Sir Harry estaba aquí porque quería hablar conmigo sobre la construcción de ese nuevo tipo de submarino. De acuerdo con esto rogué a mi secretario, el señor Fitzroy, que sacara los planos de la caja que ve allí, en el rincón, y le pedí que los ordenara junto con distintos documentos relacionados con el asunto. Mientras él hacía esto, el almirante y yo deambulábamos por la terraza, fumando y disfrutando del aire tibio de junio. Cuando terminamos de fumar y de charlar decidimos poner manos a la obra. Al dar media vuelta, yo creí ver, en el extremo opuesto de la terraza, una sombra que salía de aquí por la puerta-ventana, cruzaba la terraza y desaparecía. Sin embargo, no presté demasiada atención. Sabía que Fitzroy estaba aquí, y se me cruzó por la mente que pudiera haber ocurrido nada malo. Hago mea culpa de esto. Bueno, volviendo sobre nuestros pasos, como ya he dicho, entramos en el estudio por la puerta de la terraza en el mismo momento en que entraba Fitzroy por la del vestíbulo. ¿Tiene preparado todo lo que necesitamos, Fitzroy?, le pregunté. “Sí, lord Alloway”, respondió. He dejado los papeles encima de la mesa”. Dicho esto nos dio las buenas noches. Y estaba dispuesto a retirarse a su habitación, pero le dije: ¡un momento!. Me acerqué a la mesa. Le aclaré que revisaría si estaba todo lo que necesitamos. Y revisé rápidamente los papeles. ¿Ve, Fitzroy?, dije. Se ha olvidado de lo más importante: los planos del submarino. “Están encima de todo”, respondió. Pues, no están, insistí. Fitzroy avanzó unos pasos, desconcertado. La cosa parecía increíble. Dimos vuelta todos los papeles que había sobre el escritorio; buscamos dentro de la caja fuerte, pero finalmente tuvimos que aceptar que los planos habían desaparecido. Habían desaparecido en el corto plazo de tres minutos en los que Fitzroy se ausentó de la habitación. 
 —¿Por qué se fue? —preguntó Poirot intrigado. 
 —Es lo mismo que pregunté yo —exclamó sir Harry. 
 —Parece —explicó Alloway— que justo cuando terminó de ordenar los papeles en mi escritorio, se sobresaltó al escuchar el grito de una mujer. Salió corriendo al vestíbulo y junto a las escaleras encontró a la asistente de la señora Conrad. La muchacha estaba pálida y trastornada y dijo que acababa de ver a un fantasma, una gran figura de blanco que avanzaba sin hacer ruido. Fitzroy se rió de sus fantasías y le recomendó, en lenguaje más o menos cortés, que no fuera tonta. Luego volvió a

More eBooks

Guys Like Him Cover Image
Guys Like Him

Author: Aimee Nicole Walker

Year: 2023

Views: 7386

Read More
Cruising Future Father-in-Law Cover Image
Cruising Future Father-in-Law

Author: Clay Walker

Year: 2023

Views: 2545

Read More
Bay Cover Image
Bay

Author: Gianni Holmes

Year: 2023

Views: 30296

Read More
Asesinato en Myrtle Bay Cover Image
Asesinato en Myrtle Bay

Author: Isobel Blackthorn

Year: 2023

Views: 38358

Read More
First Forever Cover Image
First Forever

Author: Declan Rhodes

Year: 2023

Views: 10578

Read More
Dark Cover-Up: A Ryan Weller Thriller Book 14 Cover Image
Dark Cover-Up: A Ryan Weller Thrill...

Author: Evan Graver

Year: 2023

Views: 28526

Read More
Love Notes Cover Image
Love Notes

Author: Goode, Ella

Year: 2023

Views: 19549

Read More
Shotgun Spin Cover Image
Shotgun Spin

Author: Chance, Eva; King, Harlow

Year: 2023

Views: 26754

Read More
Battle Medic a Litrpg Cover Image
Battle Medic a Litrpg

Author: S.D. McKittrick

Year: 2023

Views: 31115

Read More
How (Not) to be a Goddess (Midlife Goddess Complete Box Set) Cover Image
How (Not) to be a Goddess (Midlife...

Author: Marian Tee

Year: 2023

Views: 57667

Read More