Alas de Piedra (Spanish Edition)

Contents ALAS DE PIEDRA Créditos Sinopsis Breve Nota autora Dedicatoria TITULO ALAS DE PIEDRA MARZO LAPOBLACIÓN JUBILACIÓN DIANA DE VUELTA EZCARAY DESAPARECIDO BLAS LEONES Y GACELAS AMIGAS CORRE DE MI CUENTA EVENTOS AÑURI UN EXTRAÑO ENCUENTRO MARITXU CÉSAR CORONAS TRAMPAS BÉRTIZ SOSPECHAS EL COMUNICADO ABRIL ACECHO Y MUERTE ENCUENTROS Y DESENCUENTROS NEGOCIACIÓN LEIRE ZUBIRI EUGUI EL LAPICERO GOTZON BRIEFING LOS DETALLES EL BATÁN CÉSAR CORONAS AMIGAS PUESTA EN COMÚN LA PRESA PILLADO EL PUZLE NO ENCAJA OSINAGA CASO FRIO ALMUDENA LA PRENSA MARITXU NEGACIÓN MAYO ENTENDIDO PELMAZÁBAL DATOS FORENSES CÉSAR HIPÓTESIS PERSEGUIDO GAZTELULEKU SE ACABÓ IRA JULITA UNA TUMBA PRECIOSA ALFILERES EUREKA Y FRENADA EN SECO SIETECAMINOS JUNIO CONFIANZA CIEGA CULPABLE LA CITA DETENCIÓN ANTARES DEPRESIÓN COARTADAS JULIO LIBERTAD LEIRE NICKY ACEPTACIÓN CARLA CHOQUE HOSPITAL AGUA EL CABALLO BLANCO EL BATÁN EPÍLOGO AGRADECIMIENTOS SOBRE LA AUTORA ALAS DE PIEDRA ©2023: Izaskun Albéniz. Primera edición digital: 2023 Título: Alas de Piedra Portada: Diseño y maquetación ©F.I.A. Queda rigurosamente prohibida toda distribución, reproducción, comunicación pública y transformación, ya sea total o parcial de esta publicación, así como su incorporación a un sistema informático,su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación un otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del titular del copyright. Todos los derechos reservados. www.izaskunalbeniz.es SINOPSIS BREVE El inspector Santiago Loperena, Lope, de la Brigada de Delitos contra las Personas de la Policía Foral de Navarra hace unos meses que perdió a su compañero en un accidente de tráfico. Su fino olfato le hizo sospechar que aquel hecho no fue algo fortuito. Su pertinaz empeño para demostrarlo, le llevó a una baja laboral obligatoria de la que ahora, cinco meses después, vuelve sin sospechar que una cadena de crímenes sacará a relucir algunos de los momentos más dolorosos de aquel suceso y de su vida.Un inspector conflictivo en una ciudad tranquila, conservadora y tradicional. Un asesor egolátra cautivado por el poder y una reportera tan oportunista como ambiciosa. Celos, rivalidades y la desaparición de un chico en una fiesta zombi junto a una perfiladora capaz de conectar estrechamente con la retorcida mente de un criminal.Un caso espeluznante que mantendrá en vilo a Lope, cuyo único objetivo será descubrir quién se esconde detrás de los asesinatos. Aunque eso signifique exponerse a un peligro mortal. NOTA DE LA AUTORA Esta es mi primera novela y, a pesar de haber contado con información y apoyo de primera mano en cuestiones que eran desconocidas para mí, en algunos casos me he permitido alguna licencia para poder mantener la tensión narrativa de la historia. Si estas han sido las causantes de algunos errores, la responsabilidad es solo mía. Los hechos y algunos lugares de la novela no están basados en situaciones reales, aunque en algunos casos los personajes y escenarios sí están inspirados en localidades y personas reales. Sin embargo, la novela en su conjunto, es una invención de la escritora y, por eso, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. DEDICATORIA A mi familia, mi mayor tesoro: a Conchita, Alberto y Pedro, mis padres, por el apoyo y aguante, a mi hijo, Alex, por confiar en mí tanto como para recomendar mis letras allá donde va; a mis dos hermanicas, y a Amparo, siempre cerca; y, sobre todo, a mi marido, Iván, por no ser un beta al uso, por sus sugerencias y peticiones y por sostenerme cuando más falta me hacía. Os quiero. Aunque sintió que todos le miraban, nadie se movió. Piedras, Tahúres Zurdos. ALAS DE PIEDRA Izaskun Albéniz Quería darse prisa y escapar cuanto antes. Según los números que brillaban en la pantalla de su reloj ya eran casi las tres de la mañana y todavía le quedaba un largo viaje de vuelta, pero debía permanecer allí hasta que sonase la sirena para actuar con seguridad. Necesitaba ocultar el cuerpo durante un tiempo, hasta que los participantes volvieran al punto de encuentro. Por suerte, habían apedreado la mayor parte de las farolas y todo estaba envuelto en una penumbra que le favorecía. En un rato, cuando la alarma sonase, dispondría de unos cuantos minutos para meterlo dentro del coche y salir camino al pueblo. Oyó un siseo velado en la escalera de acceso al monasterio, al tiempo que dos figuras oscuras ataviadas con una pañoleta azul se detenían al detectar su presencia. Tenía que actuar. No debían avanzar más o encontrarían el cadáver. Emergió de las sombras con paso vacilante, como una estampa apocalíptica. Alzó los brazos sobre su cabeza y emitió un gemido profundo que ahuyentó a los chicos. Al verlos correr escaleras abajo despavoridos, casi sintió deseos de reír pero se contuvo a tiempo. Debía centrarse. Retrocedió hacia la seguridad que le proporcionaba la oscuridad y se dispuso a esperar. No quería hacerlo porque sabía que cuanto más tiempo continuase en aquel lugar, más se expondría a que le encontrasen y eso no era lo que buscaba. Al menos no por el momento. Todavía faltaban varias partes para completar el ciclo. A lo mejor entonces, cuando el ritual se hubiese cumplido, le fuera posible pasar un día entero libre de imágenes aterradoras. Mientras tanto sabía que pasaría las noches en vela, con los ojos enrojecidos y abiertos de par en par mientras las horas avanzaban con una lentitud exasperante. Lanzó una mirada nerviosa a su alrededor. Las farolas que salpicaban el camino de acceso al viejo monasterio permanecían ciegas en su mayor parte llenando el lugar de siniestros claroscuros. A sus pies, el pequeño jardín de la iglesia decorado con una escultura siniestra, confería a la parroquia y sus alrededores un aspecto aún más desangelado y tenebroso. No podía haber soñado un escenario mejor para atrapar a su víctima. Sintió un estremecimiento involuntario al escuchar un sonido profundo proveniente de su cabeza. Se presionó las sienes con las palmas de sus manos enguantadas como si eso pudiera mitigar el zumbido y se concentró en respirar hondo para apaciguar los latidos impetuosos de su corazón. La adrenalina de